DIOS nos LLAMÓ con UN PROPOSITO DIVINO

NO AVERGONZARNOS de PREDICAR el EVANGELIO

Jamás tendremos porque avergonzarnos de ser MINISTROS del Señor, debemos pregonarlo a los 4 vientos, sin aparentar nada, mostrando la REALIDAD de Cristo en nuestras vidas. Dios nos ha llamado con un propósito específico, obedezcámosle y hagamos nuestra parte.  

8Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, 9quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles 12Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 13Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 14Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. - 2 Timoteo  1:8-14

Entendamos que somos embajadores de Cristo, hacemos la Obra en su nombre, padecemos dificultades porque nuestro opositor es el diablo, pero debemos entender y confiar en que hemos sido LLAMADOS directamente por Dios. y ÉL siempre estará a nuestro lado, guiando nuestros pasos cuando somos obedientes a ÉL.

Él nos llamó por su pura gracia, porque ÉL así lo había establecido, y por tanto, debemos tener plena confianza en el Señor, viendo que SU MANIFESTACIÓN es más real que nunca, y que nos ha salvado de un infierno eterno, es algo que vemos, que sentimos, que VIVIMOS, y por tanto, no debemos avergonzarnos por nada, a pesar de lo que pase, porque sabemos en quien hemos creído y en quién debemos depositar toda nuestra confianza.

Él no solamente nos guarda para la vida eterna, sino que está con nosotros, nos guía, nos enseña y nos da su poder y su Sabiduría para cumplir la misión divina que ha puesto en nuestras manos.

La Sana Doctrina debe permanecer intacta en nuestras mentes y corazones, es necesario GUARDARNOS santamente por la llenura del Espíritu Santo que mora en nosotros, entendiendo que ÉL y solamente Él por su pura GRACIA nos permite seguir adelante en el proceso de SANTIFICACIÓN a fin de que lo glorifiquemos con nuestras vidas, cumpliendo con nuestro ministerio.

Varias RECOMENDACIONES bien importantes:

• No debemos avergonzarnos de predicar el evangelio a los conocidos que Dios ponga en nuestro camino.

• Cumplir con el PROPÓSITO para el cual fuimos llamados

• No avergonzarnos de ser MINISTROS de Cristo

• Participar de las aflicciones por el Evangelio

• Entender y confiar en que hemos sido llamados de Dios por SU pura gracia

• Vivir felices viendo la manifestación de Cristo en nuestras vidas

• Agradecer a Dios por la Obra salvadora que ha hecho en nosotros a través de Su Hijo Jesucristo

• Entender el privilegio de ser predicadores y maestros

• No avergonzarnos a pesar de las dificultades

• Entender en quién hemos creído y a quién seguimos

• Confiar plenamente en su poder y su gracia para guardarnos ahora y eternamente

• Guardar la Sana Doctrina que debe permanecer intacta en nuestras mentes y corazones.

• Es necesario GUARDARNOS santamente por la llenura del Espíritu Santo que mora en nosotros

NO AVERGONZARNOS de PREDICAR el EVANGELIO    

1. Avergonzarnos de PREDICAR EL EVANGELIO, es una de las mayores desobediencias del creyente, somos lo que somos por ÉL (Vs 8-11)

2. Tenemos el gran ejemplo de Pablo, sigámoslo con plena confianza (Vs 12)

3. Sigamos la INSTRUCCIÓN DIVINA, confiando plenamente en ella y dejando que el Espíritu Santo actúe en nosotros (Vs 13-14)

Dios nos invita a tener plena confianza en ÉL, sin avergonzarnos, para cumplir con la MISIÓN que nos ha encomendado. Es una invitación de un Dios infinitamente misericordioso, quien, a pesar de nuestra vida tan pecaminosas, por su pura gracia, puso sus ojos en nosotros y ahora nos permite servir en su Obra maravillosa.

Debe llamar nuestra tención, la forma en que Dios nos muestra el privilegio tan grande que tenemos ahora, de ser sus embajadores y que de ninguna manera tenemos porque avergonzarnos.

Vamos a aplicar esta enseñanza ya mismo, cumpliendo fielmente y a cabalidad con esa labor de predicadores y maestros, sean cuales sean las aflicciones, entendiendo que Dios está con nosotros y que NO nos abandonará nunca, si somos fieles a su mandato; guardando y viviendo y predicando la sana doctrina y viviendo en el poder de Dios a través de la llenura del Espíritu Santo.

Habla y no calles,

Fabio